Es extraño como es parte de los humanos tener miedo a lo desconocido, y sobre todo, el miedo a amar, cuando descubres que te estás enamorando tiendes a huir, siendo que esa puede ser la mejor experiencia de tu vida.

Le tenemos pavor a ver a la persona que nos puede enseñar las cosas mas maravillosas de la vida y salimos corriendo como si fuera un perro rabioso que lejos de dañarnos quizá solo quiere dejarnos un grato sabor de boca. Tal vez ese amor no es el verdadero pero las experiencias que podemos adquirir pueden hacernos más sabios ante lo que venga. Quizás nos hemos enamorado un par de veces y cuando eso sucede seguimos adelante y buscamos dar siempre lo mejor de nosotros, eso sí, esperando a sanar viejas heridas y hasta

olvidando que también existe alguien mas, y que esa persona especial puede estar también temblando de miedo.

Pero cuando mas sufrimos es cada vez que negamos la existencia de un sentimiento, nos negamos a correr riesgos y huimos de nadie mas que de nosotros mismos, de nuestros sentimientos y no queremos arriesgarnos a vivir momentos excitantes con personas que están dispuestas a darnos lo mejor de ellos.

Y no nos damos cuenta de lo mucho que duele esto que hacemos hasta que nos encontramos del otro lado, cuando nos enamoramos o queremos entregarnos a la otra persona y sale corriendo por su temor a comprometerse, a amar, sin saber que estamos listos a enseñarle que no queremos dañarlo sino descubrir un mundo maravilloso juntos.

Dejemos correr las cosas como pasen, busquemos a esa personita especial y perdamos el miedo de pasar tiempo juntos, si nos caemos no importa, ya nos levantaremos, si nos lastimamos sanaremos, si nos duele , cesará... AMEMOS COMPLETAMENTE, puede ser un amigo, un amor, pero no dejemos de amar, PORQUE AMAR, LLORAR, REÍR, SOÑAR, SUFRIR SON SOLO SÍNTOMAS DE QUE ESTAMOS VIVOS...

Vivamos intensamente y luchemos por ese alguien que espera por nosotros.

El Placer De Pensar

"Convertirse en un ciudadano del mundo, transgredir los límites de nacionalidad y

de cultura, es el primer acto revolucionario".

Centímetro a Centímetro

-Piel, cabello, ternura, olor, palabras-
mi amor te va tocando.
Voy descubriendo a diario, convenciéndome
de que estás junto a mí, de que es posible
y cierto; que no eres,
ya, la felicidad imaginada,
sino la dicha permanente,
hallada, concretísima; el abierto
aire total en que me pierdo y gano.

Y después, qué delicia
la de ponerme lejos nuevamente.
Mirarte como antes
y llamarte de "usted", para que sientas
que no es verdad que te haya conseguido;
que sigues siendo tú, la inalcanzada;
que hay muchas cosas tuyas
que no puedo tener.

Qué delicia delgada, incomprensible,
la de verte lejos,
y soportar los golpes de alegría
que de mi corazón ascienden
al acercarse a ti por vez primera;
siempre por primera, a cada instante.
Y al mismo tiempo, así, juego a perderte
y a descubrirte, y sé que te descubro
siempre mejor de como te he perdido.

Es como si dijeras:
"Cuenta hasta diez, y búscame", y a oscuras
yo empezara a buscarte, y torpemente
te preguntara: ¿estás allí?", y salieras
riendo del escondite,
tú mismo, sí, en el fondo; pero envuelto
en una luz distinta, en un aroma
nuevo, con un abrigo diferente.